lunes, 31 de mayo de 2010

Septima fecha - Contra Ingeniero Correa

FASTA ESTA DE VUELTA

Dr. Acido Urico.

Después de un inicio de torneo para el papelón, Fasta supo aguantar un arbitraje horripilante que lo dejó con tres jugadores menos y ganó su segundo partido al hilo. Fue 2 a 1 contra Ingeniero Correa. En silencio, ya suma 6 puntos y se afianza en la elite del reducido final.

Como el perro malo que ladra desaforado detrás de la verja; como el alumno de lentes o el gordito dueño de la pelota, hace unas semanas atrás Fasta era la burla de todo el campeonato. Día a día, su blog se saturaba de cargadas anónimas, con más o menos humor y amor. En boca de Quico, éramos la “chusma” del torneo que ligaba goles y mensajes agraviantes. El equipo perdía el prestigio y respeto que supo ganarse en gestas heroicas que hicieron historia en el torneo docente.
Pero como sucede en la misma vida, la taba se dio vuelta y un día el perro se soltó para morder a quienes lo escupían a diario; el de lentes reaccionó con furia a las burlas y el gordito se metió en el gimnasio para esculpir un físico intimidante.
Dispuesto a revalidar la hazaña del último sábado, Fasta saltó a la cancha 4 con la ambición de destronar a un viejo conocido de la B, Ingeniero Correa, quien hace un año lo eliminó del primer ascenso a Primera. La parada de antemano sonaba complicada, con muchas preguntas: ¿vendrán a tiempos los muchachos? ¿Tendremos camisetas, planilla y lapicera? Y en lo futbolístico ¿cómo frenar al petiso con aires galácticos que suele ser su mejor arma goleadora?
Las preguntas se evaporaron antes que el rocío, ya que a poco de empezar, Pablo habilitó a Fabián en el vértice derecho del área; éste giró y sacó un derechazo con rosca al segundo palo para hacer inútil la embarrada del arquero correano.
Aturdidos por el gol, los ingenieros se mandaron al ataque y empezaron a cascotear el área fasteana, gracias a tiros libres que el celosísimo árbitro muchas veces se encargaba de inventar. La presión permitió el agrandamiento de Héctor y de la zaga central que, una y otra vez, ahogaban los gritos de empate.
Aprovechando otro parpadeo rival, Fasta clavó el segundo a través de una hermosa combinación por la derecha; el centro rasante gambeteó una plantación de piernas para que Ignacio, entrando por el segundo palo a lo Palermo ante los peruanos, la empujara de zurda.
El primer tiempo se consumió entre el querer y no poder de Correa y la falta de serenidad de Fasta para martillar los últimos clavos del ataúd.
Jugándose a matar o morir, en la segunda mitad los ingenieros coparon el medio campo y aumentaron el peligro y la adrenalina de Héctor, que en cada revolcón demostró porqué es Atila, el Rey de los hUnos. Sin embargo, Fasta pudo aumentar en cada contra.
Sobre la hora, los ingenieros descontaron y el partido se llenó de dramatismo, ya que Fasta había perdido a tres guerreros, situación que lo obligaba a plantar el consabido esquema táctico: “saque si quiere ganar”…
Y ganó. Y está de vuelta. Como en el torneo anterior. Creciendo en silencio. Haciéndose duro en la adversidad.
Dicen que empezó a sonar la alarma en los cuarteles de los equipos que resta enfrentar. También unos psicólogos consultados por este medio afirmaron que en las últimas horas crecieron las consultas de jugadores por una pesadilla extraña y recurrente: unos trazos rojos, como cruces, se vuelven espadas que cada noche les arrancan el corazón helado por el pánico…
¿Será una exageración? Lo grave está en la conclusión solemne de un psicólogo, que quitándose los lentes afirmó.
- No son pesadillas… es… es una premonición…

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