Estamos “Cruzados”
Por el Dr. Acido Urico.
Un arquero se viste de enganche y mete un pase bochinesco; un zaguero se viste de arquero porque no hay más remedio; un equipo se come dos goles en cinco minutos y hace otros dos en los cinco finales. Sí, estamos “Cruzados”; tatuados a fuego por el signo que le anticipó a Constantino su victoria. (“Con este signo vencerás”, le dijo una voz en sueños, entonces mandó coser cruces en las pecheras de sus soldados y tras vencer a Majencio en la batalla del Puente Milvio, se convirtió en el primer emperador cristiano)
……………………………………………………………………………….
9.15 de la mañana. Hermoso día, salvo por un detalle: la jornada anterior había sido el Día del Trabajador y algunos muchachos lo celebraron como si se acercara la Parusía (o segunda venida de Cristo...)
Bella Vista, todo de amarillo, ya está en la cancha. ¿Nosotros? Los más rezagados, exorcizando la juerga, se cambian en cámara lenta. Como falta el arquero, Ricardo se pone el Uno, pero el hueco de segundo marcador central, literalmente, será imposible de llenar. Así, haciendo la “Gran Argentina” (es decir, improvisando) saltamos a la cancha. El desatino, aunque bien intencionado, duró poco.
En cinco minutos se perdía 2 a 0. Todo por obra y gracia del desvelo y de los encares del 9 –el Pelado, con respeto- que primero desbordó por la izquierda, amagó tirar un centro y la puso junto al primer palo. El segundo, peinando –una forma de decir- la pelota a lo Caniggia contra Walter Zenga en Italia 90. Para graficar, en esos minutos letales, el equipo estuvo más comprometido que José Arce y su madre…
Más relajado, el equipo empezó a jugar. Primero, tímidamente; después, con la convicción de que había que descontar rápido para mantener la ilusión. Así llegó el primer gol, obra del padre Enrique, que luego de una pared con Pablo, eludió al arquero y definió de zurda.
Desde ahí, los sofocones los vivió Bella Vista. Lo tuvo Fabián, que la quiso picar, pero el arquero reaccionó con reflejos felinos. También Ignacio lo obligó a una estirada monumental. Federico también tuvo su chance, pero el remate salió cruzado.
Como suele darse en el fútbol, los goles que se pierden en un arco terminan entrando en el otro. Otra vez el Pelado, más movedizo que la Piedra de Tandil, definió en medio de la polémica, ya que los defensores vieron que antes la bajó con la mano. 1-3. Estamos en el microondas, dijeron algunos. Pero…
FASTA siguió presionando, hasta que en una seguidilla de corners, un central se le subió a turucuto a Fabián y el árbitro dio penal, pena que Pablo se encargó de sentenciar a un palo del arquero.
El entretiempo sirvió para ajustar algunos detalles y convencer al equipo de que se podía cambiar la historia.
Promediando el segundo tiempo, Héctor –el arquero- llegó pedaleando desde el centro para ocupar su puesto y liberar a Ricardo. Su ingreso sería determinante.
Cuando todavía no pasaba gran cosa, un corner tres dedos de Fernando cayó en el primer palo y –nubarrón mediante- terminó adentro, empujada entre David y ¡otra vez! el Pelado…
Ahora sí, a darlo vuelta, mucho más si Bella Vista perdió un hombre por codazo al Cura.
El partido se tornó de ida y vuelta. La estrategia del FASTA era salir rápido de contra aprovechando la excelente pegada de Héctor (o “Atila, el Rey de los 1nos”) que siempre se la tiraba a Fabián, rodeado de dos defensores. Así llegó la epopeya. Héctor Atila cortó al borde del área una jugada, se escapó por la derecha dejando parados a dos rivales y al llegar a la mitad de la cancha la puso en cortada para Fabián que, cuando el arquero le salía a achicar, lo ajustició a media altura.
El partido se terminó cuando Bella Vista perdió otro jugador, por falta durísima a David.
La victoria cotiza el doble porque se le ganó a un gran rival que sin dudas peleará por volver a la A, categoría que el año pasado perdió en manos de… FASTA. También sirvió para alcanzar la punta, cuando quedan siete fechas de la instancia regular. Otro mérito es que el equipo supo suplir las ausencias vitales de Matías y Simón, a tal punto que se ganó por goleada las últimas dos presentaciones. (Che, ¿y si por cábala no juegan más?)
Está claro que cuando el equipo se enchufa es muy complicado, más bien letal. Pero no hay que repetir los errores pasados, como las llegadas tarde, que obligan a diagramar esquemas forzados.
Una vez el Pequeño Saltamontes le preguntó al Viejo Ciego: “Maestro, ¿qué debo hacer cuando el árbol me tapa el bosque?”. “Cómprate una motosierra; y si no, súbete a la montaña”.
El Viejo Sabio tenía razón: desde la cima todo se ve mucho mejor.……………………………………………………………………………….
9.15 de la mañana. Hermoso día, salvo por un detalle: la jornada anterior había sido el Día del Trabajador y algunos muchachos lo celebraron como si se acercara la Parusía (o segunda venida de Cristo...)
Bella Vista, todo de amarillo, ya está en la cancha. ¿Nosotros? Los más rezagados, exorcizando la juerga, se cambian en cámara lenta. Como falta el arquero, Ricardo se pone el Uno, pero el hueco de segundo marcador central, literalmente, será imposible de llenar. Así, haciendo la “Gran Argentina” (es decir, improvisando) saltamos a la cancha. El desatino, aunque bien intencionado, duró poco.
En cinco minutos se perdía 2 a 0. Todo por obra y gracia del desvelo y de los encares del 9 –el Pelado, con respeto- que primero desbordó por la izquierda, amagó tirar un centro y la puso junto al primer palo. El segundo, peinando –una forma de decir- la pelota a lo Caniggia contra Walter Zenga en Italia 90. Para graficar, en esos minutos letales, el equipo estuvo más comprometido que José Arce y su madre…
Más relajado, el equipo empezó a jugar. Primero, tímidamente; después, con la convicción de que había que descontar rápido para mantener la ilusión. Así llegó el primer gol, obra del padre Enrique, que luego de una pared con Pablo, eludió al arquero y definió de zurda.
Desde ahí, los sofocones los vivió Bella Vista. Lo tuvo Fabián, que la quiso picar, pero el arquero reaccionó con reflejos felinos. También Ignacio lo obligó a una estirada monumental. Federico también tuvo su chance, pero el remate salió cruzado.Como suele darse en el fútbol, los goles que se pierden en un arco terminan entrando en el otro. Otra vez el Pelado, más movedizo que la Piedra de Tandil, definió en medio de la polémica, ya que los defensores vieron que antes la bajó con la mano. 1-3. Estamos en el microondas, dijeron algunos. Pero…
FASTA siguió presionando, hasta que en una seguidilla de corners, un central se le subió a turucuto a Fabián y el árbitro dio penal, pena que Pablo se encargó de sentenciar a un palo del arquero.
El entretiempo sirvió para ajustar algunos detalles y convencer al equipo de que se podía cambiar la historia.
Promediando el segundo tiempo, Héctor –el arquero- llegó pedaleando desde el centro para ocupar su puesto y liberar a Ricardo. Su ingreso sería determinante.
Cuando todavía no pasaba gran cosa, un corner tres dedos de Fernando cayó en el primer palo y –nubarrón mediante- terminó adentro, empujada entre David y ¡otra vez! el Pelado…
Ahora sí, a darlo vuelta, mucho más si Bella Vista perdió un hombre por codazo al Cura.
El partido se tornó de ida y vuelta. La estrategia del FASTA era salir rápido de contra aprovechando la excelente pegada de Héctor (o “Atila, el Rey de los 1nos”) que siempre se la tiraba a Fabián, rodeado de dos defensores. Así llegó la epopeya. Héctor Atila cortó al borde del área una jugada, se escapó por la derecha dejando parados a dos rivales y al llegar a la mitad de la cancha la puso en cortada para Fabián que, cuando el arquero le salía a achicar, lo ajustició a media altura.
El partido se terminó cuando Bella Vista perdió otro jugador, por falta durísima a David.
La victoria cotiza el doble porque se le ganó a un gran rival que sin dudas peleará por volver a la A, categoría que el año pasado perdió en manos de… FASTA. También sirvió para alcanzar la punta, cuando quedan siete fechas de la instancia regular. Otro mérito es que el equipo supo suplir las ausencias vitales de Matías y Simón, a tal punto que se ganó por goleada las últimas dos presentaciones. (Che, ¿y si por cábala no juegan más?)
Está claro que cuando el equipo se enchufa es muy complicado, más bien letal. Pero no hay que repetir los errores pasados, como las llegadas tarde, que obligan a diagramar esquemas forzados.
Una vez el Pequeño Saltamontes le preguntó al Viejo Ciego: “Maestro, ¿qué debo hacer cuando el árbol me tapa el bosque?”. “Cómprate una motosierra; y si no, súbete a la montaña”.
Hector reivindicó su tardanza con el gol de la victoria y contando de chistes de gangosos en el tercer tiempo.FICHA: Fecha: 4°- Rival: Bella Vista - Resultado: 4 a 3 - Goles: 2ellos, FASTA , 1 ellos, FASTA (penal), FASTA, FASTA - Árbitro: Aguirre - Tarjetas: Camisetas: ?.
No hay comentarios:
Publicar un comentario