sábado, 27 de septiembre de 2008

Caos vs Contról









El fulbolista engualichao

Reinaba el orden en la cancha de Malvinas: los autos estaban estacionados ordenadamente; las hojas de los álamos oscilaban con la brisa dibujando un oleaje lineal paralelo; la señora de la casa tenía calculadas, las empanadas de mondongo con 26 repulgues cada una, tripas rellenas con arroces seleccionados y canelones que estarían en su punto al comenzar los terceros tiempos; el equipo rival ya se había puesto de acuerdo como atacarnos tanto en lo estratégico como en que zonas del cuerpo golpear cuando les quitemos la pelota.

Pero el equipo FASTA no quería seguir la monotonía del orden, los jugadores llegaron cada uno a horario a su elección; en la previa el único calentamiento fue el global; comenzamos con 12 jugadores el partido, pero un minuto después los incomprensivos rivales reclamaron; teniendo dos cambios sanos y dos arqueros pusimos al arco a un lesionado que no es arquero; durante el descanso nuestros jugadores discutieron para ver quien cubría cada posición y se enteraron que en algunos casos dos jugadores habían estado jugando en el mismo puesto.

Para peor el árbitro “no me pongo la chapa” había revelado sus preferencias con el nuevo corte estilo comando (radioelétrico), lo que debió prevenirnos de sus simpatía con el violento juego Famaillense y todo su repertorio de jugadas como el famoso “secuestro de tobillos”, el tan consabido “puñetazo escurridizo”, su clásico y doloroso “pasame y verás”; no solo no recibieron castigo de tarjetas sino que cuando Fernando le quitó la pelota a un veterano grandote, este le tiró una piña y lo invitó a pelear, el árbitro le aplicó el mismo castigo a ambos.

El primer tiempo fue como si nuestro equipo hubiera querido, por la fecha rememorar la batalla de Tucumán, solo que representando al ejército realista o más bien a la manga de langostas, puedo asegurar que parecíamos una manga de… lo que sea, la cosa es que a menos de 20’ Federico pidió el cambió con el Tano para ver si se ordenaba algo, pero el desastre persistió. Hasta esto Famaillá se agigantaba y descubrió que Matías no era arquero cuando no pudo retener la pelota de un tiro libre dejándola servida, no fue gol porque el delantero debió haber tenido algún tipo de visón porque parece que le apuntó a un OVNI. Gracias a Dios Hugo fue al arco y un par de minutos después desvió de un manotazo el más peligroso ataque del rival en todo el partido.

El entretiempo fue un griterío incomprensible pero el agua fresca comenzó a hacer efecto, todos veíamos el problema aunque de distintas formas, pero decidimos dejarnos de rebeldías y poner orden. Ricardo cantó los puestos con sus respectivos responsables y la máquina comenzó a funcionar. A 15’ Fernando estaba como perro que escucho al amo, desesperado, dando saltos para entrar, el tema era a quien sacar se le pidió al Tano si quería salir pero este dijo que quería seguir, y parece que esto lo entusiasmó porque comenzó a jugar más inspirado. En general el segundo tiempo fué un mejoramiento constante pero tímido, no se lograba definir, ojo que también se destacó el arquero Famaillesnse que atajó varios tiros nuestros de peligro., las más peligrosas que recuerdo fueron un tiro de colgadita de Matías que pasó muy cerca del travesaño y sobre todo un avance que quedó Sergio solo contra el arquero y pateó al arco, va es lo que quiso hacer pero la pelota no se lo entendió así. Tambien hubieron otras que estubieron cerca y grandes aportes individuales que seguramente estoy olvidando pero lo más destacable fué lo grupal sobre todo en la clara diferencia entre el caos y el orden, en la experimentación científica dicen que para que las concluciones de un experimento sean válidas todos los demás factores deben permanecer igaul, y este es el caso, quedó clara la diferencia entre el equipo del primer y el segundo tiempo.

Un párrafo aparte para el 8 de Famaillá, un veterano bigotudo que se llevó el premio al juego sucio, pero también se llevó el premio al gil que intenta detener a toda la corpulencia de Ricardo cuando viene embalado, ¿como lo habrá quedado el chaleco?

Y nos fuimos al tercer tiempo a refrescarnos, relajarnos y elogiar la comida, y aunque no hubo guitarra la amistad y las bromas ocuparon el vacío.

El sábado que viene es una final para nosotros por razones de probabilidades, de intereses opuestos con el rival, pero especialmente porque es el último partido en el que está en nuestras manos hacer algo por clasificar. No podemos repetir errores, hay que estar temprano, concentrados y dispuestos a aportar al equipo, no nuestras grandes cualidades, sino las que el equipo necesite.

Y ¡¡¡DALE FASTA!!!! Nomás.

la única foto que documenta una jornada con idas y vueltas, con un desempeño "borrozo" de nuestro equipo.

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