jueves, 7 de agosto de 2008

Está naciendo un Quijote...

Por Savorita

6 de la mañana del día sábado. Unos latidos de corazón que retumbaron fuerte dentro del pecho hicieron madrugar a varios de nuestros jugadores que al instante dejaron la comodidad del lecho, no tanto por voluntad propia sino mas bien impulsados por la inexplicable tensión del desafío. Jugábamos contra los punteros, y eso, para nosotros, iba a ser la primera prueba fuerte del campeonato. La adrenalina invadió nuestro cuerpo desde temprano, y desde temprano comenzamos a comunicarnos. Sin saber lo que estaba haciendo el otro, cada uno respiró en el ambiente que su compañero estaría igual, por eso nos llamamos sin pensar que el otro estaría durmiendo. El partido ya había comenzado, y no solo en ésa madrugada, también en las reuniones improvisadas en la administración del reina y en los comentarios de pasillo del Pablo y del Boisdron. Es que pensábamos que semejante victoria alcanzada en desventaja el sábado anterior, nos había configurada la identidad del equipo, y entonces ahora íbamos a salir, con la misma entrega, a ganar para ser fieles a los que somos. No podíamos perder, o por lo menos, sabíamos que se iban a encontrar con un ejército. No se les iba a hacer fácil la victoria. Y así fue…comentaron al final del partido: “fue un parto”, “queríamos que terminara con un empate no más”. Cuando terminaba el segundo tiempo, varios de ellos estaban doblados del cansancio, ya no tenían fuerzas para el ataque, solo la mala fortuna de una pelota, que encima de picar mal, fue de esas pelotas dividas entre dos defensores nuestros y el arquero que sin saber cómo termina siendo del rival, pudieron dar la sentencia definitiva del partido a minutos del final, luego de un penal otorgado a los punteros de una forma dudosa. Nosotros salimos concentrados, como si toda la adrenalina juntada en la semana, se hubiera trasladado mágicamente a nuestras cabezas, y el equipo por momentos fue un tablero de ajedrez. Eso se notó en la cancha y en el arco rival: dos palos de Pablo, un mano a mano de Sergio, un cabezazo de Nicolás, dos cañonazos de Ricardo estuvieron a milímetros de ensanchar el marcador y dibujar un resultado mas cierto sumada a las proyecciones que no se dieron de Federico y de algunos defensores que pasaban al ataque. La defensa, a pesar de algunos errores, fue un cerrojo, cuando un delantero pasaba una marca, salían al cruce Bernardo, Roberto, Mario, Hugo, Matías o Augusto, y todo esto complementándose sin dar resquicio al rival, sumándole la tremenda pared que les impuso Álvaro, nuestro arquero. El medio campo también tuvo la virtud de los toques de David, Carlos, Fernando, que por momentos se tradujeron en jugadas de gol. Todo esto y más, como el aliento de Marcelo Tell , de Nicolás Contreras, de Fabián que lesionado y todo fue y de Pablo Cardozo que no pudo entrar sumados a la conducción técnica de Ignacio, que a pesar de tener un tiro en la espalda se supo hacer escuchar fueron la historia de éste sábado. Podríamos llenarnos de bronca y no entender cómo pudimos perder ese partido, y lamentarnos por los dos puntos perdidos, pero también es válido pensar: ¿Qué son dos puntos comparados a la seguridad ganada?, ¿Qué son dos puntos comparados a la confianza de saber que podemos con los mejores?, ¿Qué son dos puntos comparados a saber que como equipo no le tenemos miedo a ninguno?, ¿Qué son dos puntos comparados con el fortalecimiento de nuestro grupo? ¿Y qué son dos puntos comparados con la certeza de que vamos a salir a ganar otra vez y siempre? Porque así somos. Así nos está haciendo este campeonato. Esta naciendo un Quijote…

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